Ciudad de Buenos Aires, 3 de diciembre de 2009
Sra. Presidenta de la Nación,
Cristina Fernández
S/D
De nuestra mayor consideración:
Por medio de la presente tenemos el agrado de dirigirnos a Ud. a fin de solicitarle una audiencia urgente, en nombre de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, entidad que agrupa a más de treinta organizaciones de derechos humanos en todo el país.
Si bien tenemos muchos temas que hablar con usted, que tienen que ver con el respeto a los derechos humanos de los ciudadanos y ciudadanas lesbianas, gays, bisexuales y trans de la Argentina, en esta oportunidad deseamos abordar en profundidad un tema que ha formado parte de la agenda pública durante las últimas semanas: el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Como usted sabe, la Constitución Nacional dice que todos/as somos iguales ante la ley y numerosos tratados internacionales de derechos humanos que tienen en nuestro país jerarquía constitucional prohíben la discriminación, garantizan el derecho de todos y todas a contraer matrimonio y fundar una familia y obligan a los estados partes a brindar la misma protección a todas las familias por igual.
Sin embargo, miles de familias argentinas tienen negados esos derechos. Somos discriminados/as por la ley, expulsados de la ciudadanía y excluidos de los "beneficios de la libertad" que el Preámbulo de nuestra Carta Magna promete a todos los hombres del mundo —a lo que nosotros agregamos: y a todas las mujeres del mundo— que quieran habitar el suelo argentino.
Hay en el Congreso dos proyectos de ley para aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo, presentados por las diputadas Silvia Augsburger y Vilma Ibarra, con la firma de legisladores y legisladoras del Frente para la Victoria, la Coalición Cívica, la UCR, el Partido Socialista, Solidaridad e Igualdad, Proyecto Progresista, Encuentro Popular y Social, Concertación FORJA, Proyecto Sur y otros bloques.
Hay también un proyecto en el mismo sentido elaborado por el INADI, que se encuentra a consideración del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos y podría ser enviado al Congreso como iniciativa del Ejecutivo.
Por otra parte, hay en la justicia ocho recursos de amparo presentados por parejas del mismo sexo que reclaman por su derecho a contraer matrimonio. En uno de esos casos, la jueza porteña Gabriela Seijas declaró recientemente la inconstitucionalidad de los artículos 172 y 188 del Código Civil y ordenó al registro civil casar a Alejandro Freyre y José María Di Bello. Sin embargo, un grupo de abogados que defienden a los represores de la última dictadura militar presentó varios pedidos de nulidad y recursos de amparo en distintos fueros, jugando a la lotería, hasta conseguir que una jueza civil y una sala de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, que no eran competentes en el caso, dictaran medidas cautelares ilegales contra el fallo de la doctora Seijas, que estaba firme. Pese a que esta magistrada notificó al gobierno de la ciudad que debía acatar su fallo, el señor Mauricio Macri decidió desobedecer a la justicia, por lo que lo hemos denunciado. La boda de Alejandro y José María no pudo realizarse.
La Federación continuará presentando recursos de amparo en todo el país. Cientos de parejas reclamarán en la justicia, de Jujuy a Tierra del Fuego, por su derecho a casarse como cualquiera, a ser iguales ante la ley. Lo que reclamamos es simple y claro: los mismos derechos con los mismos nombres. Pero, señora Presidenta, usted es abogada y sabe que el acceso a la justicia sigue siendo un privilegio en la Argentina. Miles de personas no tienen forma de contratar a un abogado o de afrontar los costos materiales, de tiempo y también personales y familiares que implica iniciar acciones de este tipo.
Al final, cuando una pareja heterosexual decide casarse, va al Registro, pide turno y se casa. ¿Por qué nosotros y nosotras tenemos que someternos a este manoseo, pasando por situaciones humillantes como las que pasaron Alejandro y José María el pasado martes, esperando cuatro horas de frac en la sala de espera del registro civil para que finalmente les dijeran que su casamiento estaba suspendido?
Para acabar con esta situación, discriminatoria, violatoria de los derechos humanos más elementales, cruel, innecesaria, que no beneficia a nadie y que claramente viola distintos principios constitucionales, hace falta decisión política. Hace falta un Gobierno que apoye la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo y de un bloque oficialista que la impulse en el Congreso, como ya la impulsan varios bloques de la oposición, como lo hizo José Luis Rodríguez Zapatero en España, como lo está haciendo ahora José Sócrates en Portugal.
Usted ha impulsado con valentía otras reformas democráticas que nos dieron a los argentinos y las argentinas más libertad, igualdad y dignidad. En la lucha por la justicia y la memoria, en la reforma a la ley de medios, en la estatización de las jubilaciones, en la batalla por la distribución del ingreso, nuestra organización estuvo de su lado. Hoy esperamos que la Presidenta se ponga del lado de nuestras familias y defienda nuestros derechos humanos. Los derechos humanos, como usted dijo recientemente sobre la democracia, son como el embarazo. Del mismo modo que no se puede estar parcialmente embarazada, no se puede defender parcialmente los derechos humanos. Los de lesbianas, gays, bisexuales y trans también valen.
Queremos hablar de estas cosas con usted y esperamos poder hacerlo a la brevedad.
Sin otro particular, saludamos a Ud. muy atentamente.
María Rachid
Presidenta
Federación Argentina
de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans
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